martes, 19 de diciembre de 2017

El Volcán de Fuego hace erupción en Guatemala

Riesgos geológicos por emisiones volcánicas


El Volcán de Fuego hace erupción en Guatemala



El Volcán de Fuego, próximo a la capital de Guatemala, ha aumentado este jueves sus erupciones con explosiones constantes y con la expulsión de ceniza que llegó a poblados cercanos.
El coloso de 3.763 metros de altura lanzó columnas de ceniza que alcanzan casi un kilómetro sobre el cráter, ocasionando la caída de ceniza en las comunidades cercanas de Sangre de Cristo, Finca Palo Verde, Santa Sofía, Morelia y Panimaché I y II.



Para situarnos en este contexto primero explicaré que es un volcán y los riesgos que podría traer este volcán:
Un volcán es una estructura geológica por la que emerge el magma que se disocia en lava y gases provenientes del interior de la Tierra.

Los sismos en un área volcánica pueden alcanzar suficiente intensidad para producir caída de objetos y pequeños daños en las viviendas.

Las erupciones pueden producir caída de piroclastos; los de mayor tamaño caen relativamente cerca del centro emisor (bombas volcánicas), los más pequeños pueden caer a varios kilómetros y producir daños en las personas, techos y cristales de las viviendas.

La caída de ceniza puede afectar, en función de los vientos, a zonas muy alejadas del volcán, acumulándose en las terrazas, campos de cultivo, caminos o cualquier superficie expuesta, convirtiéndose en un riesgo para las viviendas y la circulación de vehículos.

La ceniza es muy abrasiva, muy densa y pesa mucho, especialmente si está húmeda.

Las cenizas pueden llevar gases peligrosos como el flúor. Estos mismos gases se mezclan con el aire dando lugar a una serie de ácidos que son arrastrados por el rocío o la lluvia, generando lluvia ácida que provoca dolor de cabeza, asfixia, vómitos e irritaciones de ojos y piel, además de dañar las cosechas y las estructuras metálicas.

 • Los flujos que proceden del volcán (coladas de lavas, flujos piroclásticos y lahares) presentan peculiaridades propias en función de sus características y de la tasa de emisión y están condicionados por la topografía.

las formas volcánicas son muy inestables, por lo que pueden producirse deslizamientos o colapsos que movilizan gran cantidad de material que se desplaza gravitacionalmente, arrastrando todo lo que encuentra en su camino y si llega al mar puede provocar un tsunami.



A pesar del incremento de la actividad volcánica con la lluvia de ceniza y las explosiones, no fue necesario proceder a evacuaciones preventivas. Cuando comenzaron las erupciones llegaron finas partículas de ceniza a la ciudad colonial de Antigua Guatemala, la principal zona turística de este país centroamericano.
El coloso ha empezado una nueva fase eruptiva, la décima en lo que va de 2017. Uno de los flujos de lava ha alcanzado los 600 metros de largo y otro el medio kilómetro pero puede que aumente la energía en las próximas horas y por ello han pedido a la población que se mantuvieran alejados de los alrededores y que mantuvieran cierta distancia con respecto al volcán.
Este volcán provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción del país, provocando la evacuación de unos 10.000 habitantes de la zona aledaña. En Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (al oeste) y Pacaya (al sur), éste último a 20 kilómetros de la capital.


(volcán Santiaguito)

(volcán Pacaya)


En conclusión, yo personalmente opino que los gobiernos del mundo deberían cooperar entre sí para invertir en la tecnología suficiente para lograr hacer un seguimiento a escala mundial de las erupciones volcánicas y comprobar si están relacionadas con los terremotos que también se producen en determinados lugares del planeta o a causa del cambio climático, entre otros. Esta inversión conjunta ayudaría a salvar vidas y auxiliar los hogares de los habitantes de los pueblos afectados en los países más pobres como Guatemala que es el caso que ocupa esta noticia.











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