viernes, 11 de mayo de 2018

EL CONSUMO RESPONSABLE

EL CONSUMO RESPONSABLE


El consumo responsable es mucho más que una tendencia. Es una alternativa al razonamiento del consumo masivo que se basa en adquirir productos sostenibles y que aporten valores como la igualdad de oportunidades, la reducción de la pobreza, el trabajo digno, la solidaridad y el cuidado y la conservación del medio ambiente. Asimismo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos consumiendo, bien sea mediante el uso de agua o electricidad o adquiriendo nuevos productos o servicios. Sin embargo, ¿lo hacemos de forma responsable? ¿Somos conscientes del gasto energético o alimentario que estamos generando?






A continuación, podréis observar una serie de principios y valores del consumo responsable:
Hay importantes razones medioambientales, así como económicas, que nos deben conducir hacia un cambio de mentalidad donde nos hacemos cargo de la responsabilidad que tenemos como consumidores. 




- El consumo responsable es un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consideran que la humanidad haría bien en cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y optando en el mercado por bienes y servicios que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.. El Consumo Justo o Responsable implica un consumo ético, ecológico y social. Elegir productos no sólo en base a su calidad y precio, sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que los elaboran. Consumir de forma responsable también supone apoyar iniciativas que promuevan las prácticas sostenibles y que contribuyan a reducir lo mayor posible la huella de los procesos industriales en el medioambiente. ¿Te gusta la idea? 





Ahora bien, ¿cuáles son los beneficios prácticos del consumo responsable?. Aquí te enseño los 3 más importantes:

Obtenemos un ahorro económico: Usar los electrodomésticos de forma eficiente, así como cuidar de nuestro consumo de luz y agua con pequeños gestos como cerrar el grifo cuando nos estemos cepillando los dientes, reutilizar el agua de lluvia para regar nuestras plantas o desenchufar los aparatos cuando no se usan , nos aportará una ganancia que se reflejará en nuestras facturas.


Disfrutamos de la biodiversidad: Con buenas prácticas de consumo estamos contribuyendo a generar un menor impacto sobre el medio ambiente. Por ejemplo, aplicando la regla de las tres “R” (reciclar, reducir y reutilizar) protegemos los recursos naturales del planeta, los cuales son limitados.


Generamos igualdad social: Al elegir productos con el sello de Comercio Justo estamos contribuyendo a construir entornos más equitativos para quienes habitan en el planeta. El modelo de Comercio Justo es sinónimo de vida digna, igualdad de género, ausencia de trabajo infantil, salarios decentes, educación, acceso a agua potable, entre otras iniciativas de economía social.




Recuerda que si aplicamos los principios y valores del consumo responsable y somos conscientes del impacto que generamos en el planeta, estaremos contribuyendo a la protección del medio ambiente y, al mismo tiempo, a una mejor calidad de vida de quienes lo habitamos. ¡Únete, merece la pena hacerlo!







Después de contarte las cosas buenas de practicar el consumo responsable, ¿te animarías a pertenecer al cambio y erradicar este problema de una vez por todas? Esperamos que sí...

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